jueves, 23 de junio de 2016

Liga 33





     El año pasado el Madrid de Pablo Laso, mi Madrid de baloncesto, hizo un pleno y ganó todos los títulos posibles. Los madridistas, siendo ,como somos, los hinchas de los mejores equipos de la historia de futbol y baloncesto (hagamos en el caso del baloncesto como que la NBA no existe); no estamos acostumbrados a eso de ganarlo todo en un año. A mí, personalmente, me parece que no se puede ganar todo o ser el mejor en todo. Además, después de ganarlo todo sólo queda empezar a perder. 
     Y con ese sentimiento bien metido en el cuerpo empezó esta temporada. Con la certidumbre de que no se podía repetir lo del año anterior y con mucho cansancio acumulado por culpa del Mundobasquet de selecciones; el Madrid de Pablo Laso empezó con muchas irregularidades en el juego, con la sensación de haber acabado de acertar en los fichajes y con unas inoportunas lesiones que terminaron por hacerle cosechar muchas más derrotas de las previstas en el más pesimista de los pronósticos. 
     Lejos del primer puesto en la Liga y clasificado por los pelos para la segunda fase de grupos de la Euroliga, la temporada parecía apuntar a un año de transición, a una mala resaca de la borrachera de títulos de la anterior y una horfandad de títulos bastante previsible. En esa época los mensajes en Facebook de un conocido de las vacaciones en Marina Rey apuntaban a catástrofe total, a hacer limpia en la plantilla y al adiós de Pablo Laso. 
    Pero resulta que el Madrid empezó a recuperar lesionados y confianza y acabó ganando, contra pronóstico, la final de la Copa del Rey (véase, si es de interés, un capítulo anterior de este cuaderno virtual). En la Euroliga la cosa, por el contrario, no mejoró. El Madrid volvió a obtener la última plaza que daba acceso a los cruces y le cayó en suerte para nuestra desgracia uno de los grandes favoritos de esta edición. 
    Sin Final Four, la Copa del Rey ganada pareció perder todo valor y los agoreros volvieron a hablar de "limpia" en la plantilla y temporada catastrófica. El bueno de Pablo Laso, el gran Pablo Laso, dijo que la eliminación, sin duda dolorosa, vendría bien para preparar el final de temporada y la lucha por el título liguero. Pocos le creyeron. 
     En pocas semanas el Madrid escaló hasta la segunda posición y ganó en el Palau y la Fonteta. Por los excesos del fútbol en este final de temporada: la Undécima de Milán y el inicio de la Eurocopa de Francia, reconozco no haber visto del play off nada más que el último partido: el definitivo. El Madrid de Pablo Laso, enorme Pablo Laso, cayó de un solo punto en el primer partido de la serie en el Palau y ganó los tres siguientes con un juego más que solvente y resultados relativamente cómodos. Hasta ayer ningún equipo había conseguido remontar el primer punto desfavorable en una eliminatoria final. El Madrid de Pablo Laso, mi Madrid de baloncesto continúa haciendo historia gracias a tipos como Felipe Reyes, Llull, el Chacho, Rudy, Ayón y Carroll.

   

     Qué me gusta el baloncesto! Hala Madrid y nada más!


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