jueves, 27 de noviembre de 2014

Victus


     Hubo un periodo de tiempo, mientras trabaja en Media Pro, en el que todos mis compañeros parecían, estar leyendo, haber leído, haberse prestado en cadena y estar fascinados por la lectura de "La pell freda" de Albert Sánchez Piñol. En varias ocasiones recibí la recomendación de incluir esta novela fantástica entre mis lecturas a corto plazo. Los compañeros más allegados, sabedores de que en mi mochila siempre me acompaña un libro, me ofrecieron incluso la posibilidad de añadirme a la cadena de préstamos de uno de los ejemplares que iba dando vueltas por las oficinas. Todos los intentos de mis compañeros se encontraron con mi rechazo irracional y con evasivas políticamente correctas. Tantos años después, y aún desconozco el porqué de mi testaruda negativa.
   
     En la revista del Círculo me encontré con una nueva novela de Sánchez Piñol. Una novela histórica en la que se narran los acontecimientos previos y el desenlace del 11 de septiembre de 1714. Esta vez, sin ninguna recomendación de por medio, decidí comprar esta novela inmediatamente. Después de 11 años viviendo en Barcelona, aunque nunca participé en La Diada (tampoco soy un ferviente participante en el 28 de febrero y siempre tengo problemas para recordar en qué fecha se celebra eso que llaman Día de la Hispanidad) sí que tenía interés en conocer los datos históricos para intentar comprender porqué el Día Nacional de Catalunya conmemora una derrota militar.

     Después de que el libro reposara convenientemente en la estantería del salón durante unos meses, poco antes de viajar a Barcelona para pasar una semana de vacaciones, recorrer nuevamente lugares entrañables que ya forman parte de mi vida para siempre, estar con mi familia, reencontrarme con mi amigo David y dejar que mi pequeño dé sus primeros pasos por La Rambla, por Paseo de Gracia o por Port Vell; decidí que era un buen momento para enfrentarme a la lectura de lo que, prejuiciosamente, intuía como una lectura tan tediosa como necesaria.

     Hoy, ya de vuelta de nuestras vacaciones en Barcelona, termino de leer las 40 últimas páginas de Victus. La intención era terminar el libro antes de viajar, pero la acumulación de trabajo y el tetris de las maletas de la última noche lo hicieron imposible. Hoy, de vuelta en Bjørkelangen, pero con las sensaciones de esta fantástica semana en Barcelona todavía frescas, termino la novela de Sánchez Piñol con la certeza de haber leído una gran relato histórico. En sus páginas me ha asaltado más de una carcajada y alguna vez me he encontrado al borde de las lágrimas. Por su valor histórico y literario debería recomendarse, esta novela de Sánchez Piñol, en las escuelas de toda España.

                         


     Aún a riesgo de que los familiares y amigos íntimos, que lean este capítulo, hagan idéntico uso de la recomendación que aquí dejo del que yo hice en lo referente a "La pell freda"; recomiendo su lectura y, yo mismo, me comprometo a, en una futura visita a Barcelona que aún no tiene fecha prevista, visitar alguna de las buenas librerías que allí conozco y comprar un ejemplar de aquella novela fantástica de Sánchez Piñol que tanto me recomendaron los compañeros de trabajo de Media Pro. Será un placer, además, poderla leer en la lengua original en la que está escrita. Ventajas de ser bilingüe!



                       

viernes, 7 de noviembre de 2014

Verdades verdaderas. La vida de Estela



     Conocí a Estela de Carloto en unas jornadas sobre los derechos humanos en Madrid. El director de mi escuela, el CECC, quiso enviar dos equipos reducidos y en furgoneta para grabar estas históricas jornadas a las que, además de Estela de Carloto, acudirían prestigiosas personalidades en la materia como: Rigoberta Menchú, el Juez Jesús Guadalupe Luna y el abogado Carlos Slepoy.
     Tres días grabando conferencias, probablemente interesantísimas pero que a mí me parecieron muy aburridas; y entrevistas que, en su mayoría, me decepcionaron y terminaron por volverme un poco escéptico. Siendo sincero, tengo que reconocer que sólo las entrevistas con Carlos Slepoy y con un magistrado español, cuyo nombre he olvidado, y una conversación "off the récord" con la hija y nieta del asesinado líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán;  me dejaron buen sabor de boca.
     Tres días escuchando rumores a cerca de si el famosísimo juez Garzón se dejaría caer en algún momento por el evento. El juez Garzón, para decepción de su homónimo mexicano, el Juez Luna,
finalmente no hizo acto de presencia. Siendo sincero, tengo que reconocer, que en ese momento la presencia o no del famosísimo juez Garzón me daba un poco igual.





     
     Creo recordar, pero no estoy seguro, que la entrevista con Estela de Carloto fue una de las últimas; diría que el domingo al mediodía, poco antes de regresar a Barcelona. Es posible que yo ya estuviera entre resabiado y decepcionado por algunas de la entrevistas anteriores pero, siendo sincero, tengo que reconocer que la "abuela", la mujer con la que apenas hablé veinte minutos me cayó un tanto antipática.  
Las decepciones previas, su estética tan alejada de mis prejuicios sobre las abuelas y la dureza de su mensaje, en el que reconocía que algunos de los chicos las llamaban "vampiros"; me impidió empatizar con el ser humano que, tras esa fachada de dureza, sufría la perdida definitiva de una hija y la ausencia robada de un nieto. Aquella tarde, creo recordar de domingo, no supe ver más allá.

     En el mes de agosto leo la noticia de que Estela de Carloto ha recuperado, ha conocido, se ha encontrado por fin con su nieto. La noticia me sorprende porque no había vuelto a pensar en Estela hasta que hace unos meses vi el trailer de la película realizada sobre su vida. Siento alegría y curiosidad por saber el cómo y el quién. Busco fotografías y declaraciones. Reconozco que se me escapa alguna lágrima viendo la fotografía de abajo. Guido, ese es su nombre, ha encontrado a su abuela. Guido se parece a Estela. Sus sonrisas son idénticas. Pienso que es la primera vez que la veo sonreír. Durante los veinte minutos de entrevista improvisada que compartí con ella no sonrió ni un sólo instante. Hoy, su sonrisa clara y radiante borra aquellos 20 minutos obtusos en los que fui incapaz de comprender. Aunque el tiempo perdido es imposible de recuperar, ojalá que Guido y Estela tengan por delante un buen puñado de años para ejercer, con sonrisa clara y radiante, de nieto y abuela.




     Esta noche de viernes le hablo a Nathaly de Estela de Carloto y vemos su película. En ella descubro el porqué, descubro a la mujer y admiro su lucha, su valentía, su perseverancia. El tiempo pasado no vuelve y dudo que el tiempo futuro me dé la oportunidad de volver a pasar 20 minutos con Estela de Carloto. No le haría preguntas, sólo le diría: "contame" y escucharía con atención y alegría.


                        

jueves, 6 de noviembre de 2014

The duck song




    Querido Matías, tu  mes 1.4 empieza con barreras en la escalera y la chimenea. Son barreras para protegerte, para evitar que te caigas, para evitar que te quemes. Las barreras impiden que puedas moverte a tu antojo, limitan tu espacio y empiezan a enseñarte el significado de prohibido. La de la escalera la instalamos el 6 de oct y la de la chimenea después de regresar de nuestra cena de aniversario en el Fjøset. A veces te enfadas un poco por no poder subir la escalera y así poder llegar a las cosas que hay sobre mi mesa de trabajo, a tu dormitorio o a los dormitorios de tus hermanos. Este mes ya hemos tenido algunos días de frío, días que han hecho necesario encender la chimenea. Cuando abro la puerta de la vaya que te protege, te cuelas de inmediato detrás de mí y te gusta darme los pequeños palitos que ayudaran a encender el fuego. Al ver encenderse la llama, das un paso atrás y soplas. Salimos juntos del  diminuto recinto y cierro la puerta. Tú extiendes tu súper mano protectora y dices uff, uff, uff. Gracias, mi pequeño Matías, por avisarme de que yo también puedo quemarme.

      Hoy, 10 de octubre, te han puesto la vacuna triple vírica. Algo doloroso, un pinchazo, para protegerte del contagio de algunas enfermedades. Hoy no se te ha escapado ni una lágrima, ni un grito, sólo una leve protesta casi al final, cuando la enfermera ha introducido toda la aguja en tu brazo. Para que no lloraras, para que no prestases atención al dolor, mamá y yo te hemos engañado con un juguete musical que ya nos dio muy buen resultado la última vez.

     Para que no todo sean barreras, prohibiciones, dolor y engaños bienintencionados, hoy, antes de la vacuna, te hemos comprado un caballito de juguete, una antigüedad, algo que algún otro niño usó antes que tú. Queremos que te sirva ahora y después: ahora para que lo montes, te balancees y juegues; y después, cuando seas mayor para que puedas mirarlo y soñar y imaginar
   
     El martes 14 de octubre comiste por primera vez en la guardería: fusilli con fløtte. Mamá y yo llegamos temprano a recogerte (queremos que sólo estés en la guardería el tiempo imprescindible) y te encontramos sentado a la mesa y llevándote a la boca pequeños fusilli con verduras y nata. Mamá y yo te miramos a escondidas para dejarte comer tranquilo. Nos hace muy felices ver tus pequeños progresos con el tema comida, un temita que todavía tenemos un poco "verde". Al día siguiente yo te preparé un plato de fusilli con nata, zanahorias y calabacín, y volvimos a tener éxito: te comiste un buen puñado.
Las uvas siguen siendo tu postre favorito y este mes también has descubierto las uvas pasas: te encantan.

     Este mes nuestra vida social se redujo a tomar un café con una pareja rumano-albanesa que, por suerte, habla italiano. Ellos tienen un hijo, Gabriel, unos días menor que tú. Se ve que el pequeño Gabriel no tiene tan "verde" como tú el temita de la comida. El crío está un pelín más alto que tú (y eso que tú, querido Matías, estar por encima de la media de niños noruegos de tu edad) y es un terremoto. Tú lo saludaste con un poco de desconfianza y, cuando le viste correr como pollo sin cabeza de un lado a otro del diminuto centro comercial de nuestro pueblo, decidiste no imitarle; me miraste y me pediste que te diera la mano para caminar por ese lugar, para ti enorme, que todavía no conoces.

     Como muestra la foto de abajo, tomada minutos antes de volver a cenar en Fjøset para despedir a Wenche, una de las mujeres que trabajaba con mamá y que ha aceptado un trabajo en otra farmacia; estás realmente lindo. En esta foto luces un look años 70 que te queda fantástico.





     Ayer, querido Matías, fue tu cumplemes 1.4 y para celebrarlo te dejo esta canción que tu hermano Erik eligió para ti y que durante un par de semanas ha sido tu preferida para escuchar antes de irte a la cama.


                              


domingo, 2 de noviembre de 2014

Røst 1 (Moss)



     Hoy, querido Matías, es el cumpleaños de mamá. Ha sido un cumpleaños un poco raro porque yo llevo todo el fin de semana yendo y viniendo de Moss, una ciudad que queda poco más de hora y media de casa. El tiempo ha estado horrible: cielo totalmente encapotado y una lluvia fina que moja poco y molesta mucho. Por suerte ya estoy de vuelta y hemos comido juntos y mamá ha abierto sus regalos. Ojalá que el año que viene tenga igual de trabajo por estas fechas y, ojalá también, que el día 2 de noviembre lo tenga libre para celebrar con mamá su cumpleaños como ella se merece.
     El caso, querido Matías, es que desde que naciste, éste ha sido el primer fin de semana que paso lejos de ti. Y eso que he vuelto a casa cada noche.




     Cuando, después de la gestión de Nathaly y una reunión en Oslo, nos dieron el trabajo de realizar cinco pequeños vídeos para Røst, un nuevo cuerpo de música integrado por talentosos músicos menores de 18 años; la alegría fue enorme. Cuando cae algún proyecto así Nathaly suele decir que siente el viento bajo las alas de nuestra diminuta productora audiovisual.
     Cuando, pocas semanas más tarde, recibimos el plan de trabajo, Nathaly y yo enseguida clavamos la vista en este fin de semana que coincidía con su cumpleaños y en el que las grabaciones duraban tres días y para colmo en Moss (ciudad desconocida para mí). Nathaly intentó tener libres el viernes y el sábado para acompañarme. Sólo pocos días antes de la grabación consiguió librar el sábado con lo lo más importante, cuidar a Matías, estaba resuelto. El vienes yo tenía que salir de casa poco antes de que Nathaly saliera del trabajo y en esa escasa media hora la abuela Teresa cuidaría del pequeño.
     El siguiente problema que se me planteaba era cómo llegar a Moss sin perderme. Después de mirar y mirar el mapa con el que la Guía Campsa me indicaba cómo llegar, decidí probar suerte con el móvil y ver si había alguna aplicación capaz de ayudarme. La sorpresa y el peso que me saqué de encima fueron enormes cuando descubrí que mi teléfono podía convertirse en un Tomtom y ofrecerme una voz metálica, monótono ya maravillosa que me condujese a mi destino sin dificultad y en el tiempo previsto.   Decidiendo la voz que me incida el camino que la ida sea siempre por Askim y la vuelta siempre por Oslo, con algo más de kilómetros pero con mejor carretera. En cualquier caso, tanto a la ida como a la vuelta no bajaba de hora y media de viaje.
     Esta mañana incluso he tenido tiempo de hacer una parada de unos minutos para acercarme a esta iglesia que desde el viernes me llamó la atención y tomar la fotografía de abajo.
   
 



     El viernes llegué a Moss antes de que los chicos empezasen a llegar con sus mochilas, instrumentos y almohadas. Tuve tiempo de conocer a Olav, mi contacto para todo el rodaje, y de preparar tranquilamente mi cámara. El objetivo del viernes era solamente ver cómo los chicos iban llegando, se empezaban a conocer y se instalaban. Me alegró ver que algunos de los chicos que ya había grabado en el casting habían logrado formar parte de Røst. Esa misma tarde de viernes los chicos tuvieron su primer ensayo con Tania, la directora finlandesa encargada de llevar a buen puerto el proyecto. Regresé a casa cerca de la medianoche, comí algo, miré a mi pequeño dormido y me dormí yo también.
     El sábado tocó madrugar y volver a conducir hasta Moss. Allí los chicos tendrían durante la mañana clases magistrales por grupos de instrumentos. Fui pasando de habitación en habitación escuchando y grabando los progresos que no escapaban a mi torpe oído musical. A la hora de comer decidí que ya era suficiente y que no necesitaba volver a grabar un ensayo general con Tania. Convine con Olav que el domingo llegaría en torno a las 12.00 para grabar la comida, el último ensayo general y el concierto en la Samfunnshuset de Moss. Así pues, el sábado llegué a casa antes de lo previsto y pude pasar la tarde en familia.
     También el domingo pude desayunar tranquilamente en casa y escuchar un poco de La calle de en medio de Canal Sur radio antes de volver a coger el coche y conducir, con parada para foto incluida, hasta Moss. Asistí, sin grabar, al ensayo de la mañana y a mi torpe oído musical no se le escapó que la mejoría en el sonido de la banda era sorprendente. Me pareció increíble que en tan sólo un fin de semana hubiesen conseguido sonar tan bien.
     Terminado el ensayo, con la ayuda de Olav, hice algunas entrevistas a los chicos. Después de la comida grabé la secuencia de presentación para el segundo vídeo. Mientras los chicos transportaban sus mochilas, instrumentos y almohadas a la Samfunnshuset yo tuve tiempo de pasear por los alrededores y tomar las fotografías que siguen.
   






     Después del último ensayo, ya en la sala del concierto, hice, con la ayuda de Olav, la entrevista a Tania. Con un fondo horrible y una luz espantosa Tania, mucho más relajada que en el primer ensayo, dejó una frase para enmarcar "Røst is the future". Del concierto, grabé lo que necesitaba, pero no me quedé hasta el final. Aunque mi torpe oído musical estaba disfrutando mi prioridad era llegar a casa lo antes posible para estar con Nathaly en lo que quedaba de su día de cumpleaños.





     Dejo aquí el primero de los vídeos del proyecto. Lo grabé una tarde de vienes en Oslo, después de llegar al lugar equivocado y patearme medio Oslo cargado con cámara y trípode. Suerte que me gusta llegar con tiempo a los sitios. En este vídeo los chicos son aspirantes y cuentan porqué les gustaría formar parte de Røst. No todos lo consiguieron.




                                 


sábado, 1 de noviembre de 2014

Freaks







     Vemos, en esta tarde-noche de sábado, esta película que hoy sería imposible. Yo la vi por vez primera en una filmoteca, no consigo recordar si fue en Córdoba o Barcelona. Hacía tiempo, querido Matías, que quería ponérsela a tus hermanos. Se la vendí como una película de miedo. A los 10 minutos de película ya empiezan a decirme que "de miedo, no es". Pasan toda la película pensando si los "monstruos" son actores caracterizados o personas reales. Sostienen que es imposible, moralmente hablando, que sean personas reales. Les digo que la película es del año 32 y que las convenciones, los pactos sociales y lo políticamente correcto de nuestro aquí y nuestro ahora no regían en aquel tiempo y continúan sin regir en muchos lugares en esta época. Mamá queda tan impresionada que, al terminar la película, ipad en mano, se pone a buscar información y acaba por descubrir quienes fueron y qué fue de casi todos los miembros de reparto.
   




     Con el paso de los años ha cambiado la definición de "freak". En España, hoy día, incluso puede resultar "cool" ser un poco "freaky". Han cambiado los miedos, ya nos asustan las mismas cosas. Y, sin embargo, a mí, por encima de todo, me aterroriza la maldad que el ser humano, llevado por la genética, por la educación, por la desinformación, por la incultura, por la envidia, por la avaricia, por el despecho o por sabe el demonio cuántas cosas más; es capaz de destilar.
     Cuando Tod Browning (el centro de la foto de arriba) hizo esta película desconocía de las guerras y genocidios que aún estaban por llegar, no podía imaginar que se inventarían métodos de tortura, más sofisticados pero igual de terroríficos que los que utilizó la demoniaca Inquisición, que millones de seres humanos volarían por los aires hechos ceniza, que miles de cuerpos desaparecidos serían arrojados al océano, que las bombas volverían a caer sobre los hogares de familias humildes e indefensas, que se continuaría asesinado a hombres, mujeres y niños en nombre de un Dios al que llaman único.

     Una película como ésta sería, hoy día, imposible. Y, sin embargo, pienso que una película como esta es, hoy día, urgente, necesaria e imprescindible. Porque hoy, más que nunca o igual que siempre, sólo la unión de los desarmados, de los desinteresados, de los "tontos" que no saben ver un buen negocio, de los humildes, de los trabajadores, de los "poquita cosa", de los que hacen del silencio su mejor palabra, de los freakys, de los que creen en el Dios de todos, de los que buscan la belleza como su única forma de protesta; hará posible que dejemos de rendir pleitesía a usureros, políticos, multinacionales, grandes capitales opacos o invisibles, machistas, fanáticos y terroristas.
     Me da miedo la maldad que es capaz de destilar, en solitario o en grupo, una persona de mala calidad. Pero estoy convencido de que, en este circo de la vida, la buena gente es mayoría.



                                 


     Quizá no sea tan urgente, necesaria e imprescindible una película como ésta. Puede que baste sólo con volver a verla con los ojos de hoy día.