miércoles, 26 de febrero de 2014

Por el mar corren las liebres...


Domingo 23-F

     Tengo el móvil cargándose y no veo los mensajes de whatsapp de Fernando

Quillo t estas perdiendo l dl 23f (22:22)

Esto n puede ser verdad (22:22)

M parece imposible q tanta gente supiese esto y nunca supiese nada (22:23)

Jeje. Lo sabia (22:26)

     Termino de ver el programa Operación Palace, sorprendido, algo confuso y bastante decepcionado. Recojo mi móvil. Leo los mensajes de Fernando. Le contesto.

Niño lo he visto (22:32)

Los primeros diez min he dicho coño coño coño (22:33)

Después he dicho Mentira (23:33)

Ayer vi Argo (22:33)


     Casualmente había visto la promo del programa, y admirando el trabajo de Jordi Evolé en Salvados, estaba ansioso por ver qué nuevos datos habría descubierto, qué nueva información sobre el 23-F saldría esta noche a la luz.

     A pesar de la ganas de ver el programa, llego tarde al inicio. Matías ha elegido esta noche de 23-F, en la que todo un hemiciclo de señorías se tiró al suelo, a excepción de Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo; para ponerse de pie, apoyándose en su Tiny, él solito por primera vez.

     Engancho el programa un poco a contrapie y veo a gente importante diciendo algo que me pone los pelos de punta, veo a Vestrynge, a Leguina, a Ansón, a Mayor Zaragoza... hablan con seguridad, con mucha seguridad. Lo que cuentan tiene la fuerza de provocar el mayor terremoto institucional y político que pueda imaginar, lo que cuentan parece increíble, pero esta gente no puede estar mintiendo, verdad?
     Cuando escucho que Alfonso Guerra quiso imponer a Manolo Summers como director de la ficción del Golpe, lo tengo claro: es mentira. Todo esto es mentira.
     Sabiendo ya que todo es un falso documental, un "fake", me sorprende ver a Gabilondo, a Rojas Marcos, a Alcaraz... Me relajo en el sofá y, Ipad en mano, lo sigo viendo hasta el final, con la curiosidad de saber a dónde nos quieren conducir, intentando encontrarle un sentido a toda esta mentira.

     Termina el programa y apago el Ipad, no me interesa el debate de después. Veo los mensajes de Fernando. Le contesto. Pienso que ayer vimos Argo.




     Y Argo es la historia de una mentira. La película está basada en hechos reales. La mentira, más allá de los pocos o muchos cambios que Hollywood haya introducido, se produjo en el año 79. El agente de la CIA Tony Méndez idea un plan, inventa una mentira para rescatar a 6 diplomáticos estadounidenses durante la crisis de los rehenes en Irán. Fugado y exiliado en Estados Unidos el Sha, con la llegada del Ayatollah Khomeini al poder en Irán; el 4 de noviembre de 1979 militares y revolucionarios iraníes asaltan la embajada estadounidenses y toman 52 rehenes. En mitad del caos 6 funcionarios de la embajada consiguen huir y refugiarse en la casa el embajador de Canadá. El arriesgado plan de Tony Mendez consistía en hacerse pasar por un equipo de rodaje canadiense que está buscando localizaciones en Irán para una película de Ciencia Ficción. Para que la mentira funcione es imprescindible que todo lo que tiene que ver con la película, que nunca se va rodar, parezca auténtico. La mentira, perfectamente disfrazada de verdad, funciona y los 6 funcionarios consiguen escapara del país junto a Tony Méndez.

     El fin es rescatar a 6 personas y el medio es una mentira. En este caso, y más allá de otras muchas consideraciones políticas que tienen que ver con la injerencia de Estados Unidos en los asuntos y las miserias de un montón de países; y con el mantenimiento en sus cargos, su opulencia y su tiranía de un montón de villanos que esclavizan a su pueblo con la ayuda o el beneplácito de la Casa Blanca; casi todos coincidiremos en que el fin, la vida de 6 personas, justifica el medio, la mentira.

   

                            



    Y pienso en Argo, porque al igual que esta operación clasificada durante algún tiempo, Operación Palace es una mentira muy bien contada, una mentira que tiene a su disposición casi todos los medios técnicos y humanos de que puede disponer un programa de televisión para conseguir su objetivo.
     El problema es que en después de ver Operación Palace hasta el final, como claramente se nos indicaba en al promo a todos los espectadores, a mí no me queda nada claro cuál es el objetivo.

     Se preguntaba en la promo si una mentira puede explicar una verdad. Rotundamente NO, la mentira nunca puede explicar la verdad, porque, además de ser antagónicas, el objetivo de la mentira es siempre ocultar, enmascarar, enterrar la verdad.
     Se dice que hurgando un poco en esta mentira se podrían encontrar algunas verdades. El problema es que la mentira acude a la cita con el espectador completamente disfrazada de verdad: con un guión impecable, con una estética documental cojonuda, con un elenco impresionante de profesionales respetadísimos disfrazados de actores amateurs. Depende del interés, de lo fantasioso de cada uno, de lo crédulo o no que se sea,  del conocimiento previo que cada espectador tenga de la historia en general y de la historia del 23-f en particular; el disfraz tan bien cosido, se termina por deshilachar antes o después. Y la mentira resulta tan burda que es difícil confiar en que entre tanta falsedad se pueda ocultar alguna verdad menor.

     Si algún espectador muy crédulo, ha mordido el anzuelo hasta el final, llegados a esta secuencia no cabe duda del calibre de la tomadura de pelo que acaba de sufrir.




     Confesada la mentira por los actores del telefilm, abierto el precioso envoltorio en el que me la han servido, descubro con bastante decepción que no hay nada en su interior. Me fastidia haber perdido este rato que podría haber dedicado a seguir leyendo Saber perder de David Trueba.
     Porque si se trataba de un experimento, el resultado es fracaso, y además me jode que experimenten conmigo.
     Porque si se trataba de buscar la verdad o contar una parte de la verdad, el resultado es fracaso porque la mentira nunca puede ayudar a descubrir la verdad o una parte de ella.
     Porque si se trataba de hacernos pasar un rato divertido, la verdad es que yo no le he encontrado la gracia. Quizá esto mismo contado por los Morancos o explicado por er Manu era pa partirse el culo. Pero, así, disfrazado de seriedad, la verdad es que yo no pillo el punto.
   
     Pero si se trataba de conseguir audiencia el resultado del experimento, del juego televisivo, de la mentira; es un rotundo éxito. Mi opinión es que es un rotundo éxito por el merecidísimo prestigio que se  ha ganado Jordi Evolé con su personal manera de hacer y decir las cosas, y con su impecable trayectoria periodística. En mi primer trabajo profesional fui cámara de Jordi y de él sólo podría contar cosas buenas. Es un tipo simpático, atrevido, valiente, profesional y buena gente. Seguro que el Salvados del próximo domingo vuelve a ser cojonudo.

     El año pasado por estas fechas, releí el magnífico libro de Javier Cercas, Anatomía de un instante. La primera vez leí apresurado, devorando páginas, deseoso de descubrir, fascinado por lo que Javier Cercas contaba no como una verdad, no como lo que pasó; pero sí como algo que podría haber pasado. Javier Cercas si trata en su libro a sus lectores como personas inteligentes, Javier Cercas se documenta hasta donde es posible y no inventa. Javier Cercas analiza a los personajes de aquel momento dramático, los ubica dentro de su historia particular y disecciona magistralmente el momento. Javier Cercas no miente, no se apoya en una mentira para darle forma a su interpretación de lo que permanece oculto. Javier Cercas no necesita excusarse, ni pedir disculpas porque debajo de su interpretación de lo que permanece oculto hay un trabajo exhaustivo y mucho de verdad latente.
     La segunda vez que leí Anatomía de un instante, lo hice sin prisa, deteniéndome a degustar las palabras, disfrutando el estilo, leyendo algún párrafo en voz alta para escuchar la sonoridad de la prosa de Javier Cercas.

     Es probable que otro de los factores que explican el récord de audiencia sea que los españoles estamos mucho más interesados por nuestra historia de lo que algunos creen. Ojalá que el año que viene o el próximo o el siguiente, con motivo de otro cumpleaños del Golpe, los que poseen la respuesta verdadera a los últimos interrogantes de aquello que Javier Cercas llama "la placenta del Golpe", los que guardan en su memoria el puñado de pequeñas verdades que explica el porqué y el quiénes más y quiénes menos del Golpe ; se decidan de una vez a contar la verdad. Ojalá que el año que viene o el próximo o el siguiente, con motivo de otro cumpleaños del Golpe, la televisión o el cine se decidan a tratar a los espectadores como personas interesadas en su historia, como personas inteligentes.


     Esta noche de aniversario del 23-f Matías ha decidido que era un buen momento para ponerse en pie él solito, apoyado en su Tiny, por primera vez. El año que viene, para estas fechas, confío en que haga un poco más de frío y que, bien abrigados, podamos salir a dar un paseo por el bosque. Tal y como están las cosas, quizá no nos sorprenda ver como un banco de sardinas corre por el monte.

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