sábado, 6 de septiembre de 2014
El auto de papá
Ayer, viernes, querido Matías fue tu cumplemés. Ya tienes 1.2. Pasaste el día fuera de casa y yo apenas pude verte. Ayer, cosa extrañísima, encadenamos dos proyectos en el mismo día. Ayer te pasaste bastantes horas en el auto de papá. Un auto que en realidad es de papá y mamá. Una palabra "papá" que todavía no sabes decir.
Yo me levanté a las seis de la mañana para dejar preparadas mis cámaras y tu biberón. A las siete y media salimos para Oslo. Buen tiempo. Viaje plácido. No hay cola y tú vas cantando. Aunque nos pasamos la salida correcta de la autopista y tuvimos que dar la vuelta, llegamos con veinte minutos de adelanto a la Nordpoles Skole de Sagene. Susan nos estaba esperando.
Mientras yo grabo como un pedagogo y actor de teatro chileno, como mamá, les enseña a los niños de la primera clase a hacer una pequeña marioneta; mamá juega contigo, te pasea, te da comida y te hace dormir. Cuando los niños, de casi todas las razas y colores, juntos y mezclados en armonía: imagen infantil de un mundo que por desgracia no es así; terminan de hacer su pequeña marionetas, grabamos la entrevista con Carlos y dos profesoras.
Tenemos tiempo para un café. Tú duermes. Café y vaffel en la central de voluntarios. Parece que Susan ha conseguido más dinero y tendremos una narradora que hará de hilo conductor de los cinco vídeos. Parece que todo el mundo, por nacimiento, cultura o afición habla español.
Terminamos el café y tú sigues dormido. Con mamá y Carlos regresas al colegio. Susan y yo vamos a la biblioteca para grabar otra entrevista. Cuando regresamos al colegio para terminar de grabar la actividad de Carlos, tú ya estás despierto, pero apenas puedo verte. Dos entrevistas más, en dos parques de Sagene y estamos listos. Mientras yo grabo mamá te cuida y juega contigo en un gran cajón de arena como el de la guardería. La foto de abajo, tu foto 1.2 refleja ese momento
La primera parte de la jornada termina a la hora prevista. En el coche de papá y mamá ponemos dirección a Lørenskog. Antes de las cuatro tengo que conseguir una tarjeta extra para la cámara. Hace calor, estoy cansado y el resultado de la búsqueda ha sido negativo en dos grandes comercios de electrodomésticos. Tú has vuelto a quedarte dormido y te quedas en el coche, con mamá, mientras yo inesperadamente, en el último intento, consigo dos tarjetas, pequeñas pero suficientes, en el Clas Ohlson del Triaden. Tengo el tiempo justo para llegar a casa de tu abuela Teresa y tomar dos vasos de agua y comer una empanada. Lørenskog Hus está muy cerca, se puede ir caminando, pero mamá me lleva en coche para que no cargue con las dos cámaras y los dos trípodes. Tú, dormido, te quedas con tu abuela Teresa.
Mi segunda parte de la jornada consiste en grabar la Gala de Inauguración del Bollywood Festival. Es un trabajo fácil: montar las cámaras para grabar el show, grabar la llegada de las estrellas llegadas de la India, subir corriendo minutos antes de que empiece el show, instalar la segunda cámara, esperar a que empiece y grabar. Todo va bien hasta que una de las tarjetas antiguas se bloquea. Gracias a Dios que pude comprar las otras dos. Todo se arregla y sigo grabando. La gala es una sucesión de bailes y premios. Quizá te cuento en otro capítulo, otro día. Quizá no. Termino muy cansado, con dolor en los riñones después de cargar tanto peso, de correr de un lado para otro buscando el mejor plano en la llegada de las estrellas venidas desde la India y tanto rato de pie.
Salgo de Lørenskog Hus y allí estás tú esperando con mamá, tus hermanos y tu abuela Teresa. Me como una hamburguesa en el Burger King y tú intentas coger el trípode grande por todos los medios. Más o menos a las nuevo subimos al auto y ponemos dirección a casa. Poco antes de llegar tu llanto parece inconsolable y muerdes a mamá en el dedo. Tienes sueño y estás muy cansado de tanto, tanto coche y tanto trabajo de papá hoy.
Ayer, querido Matías, fue tu cumplemés y apenas tuve tiempo para verte y estar contigo. Pero tengo un puñado de cosas para contarte. Por ejemplo: en este mes hemos descubierto que te gustan las tostadas con mantequilla y el pepino, también te gustan los danoninos de varios sabores y lo que más, más te gusta son los palitos salados (gracias a ellos muchas veces deja de ser una misión imposible meterte en tu carrito para salir a la calle). Sigues tomando la leche de mamá, pero durante la mañana, antes y después de ir a verla a la farmacia te tomas 250 ml de Øko Hipp baby combiotik.
Tus rutinas de sueño están claras: ya no despiertas nunca más tarde de las ocho, duermes una siesta matinal de once a una y una siesta de tarde de cuatro a cinco y media.
Definitivamente te has soltado a caminar. Ya apenas gateas, sólo lo haces cuando tienes mucha prisa. Tus pasos todavía son un poco inseguros pero ya caminas por todas las superficies. Te sigue gustando subir la escalera, tanto que hace unos días se te fue una mano en el cuarto escalón y te hiciste un poco de sangre en el labio inferior. Primera vez que sangras por culpa de una pequeña caída. Te gusta perseguir y dar pataditas a un balón blandito que te compramos en Ikea. También te gusta lanzarlo con la mano, y también encestarlo en tu parque. Sea al fútbol, al balonmano o al baloncesto, la pelota es inofensiva en tus manos o pies. Como ya sabes por el capítulo anterior, yo no puedo decir lo mismo.
De a poco te hemos ido montando tu cuarto, ya lo tienes casi todo. Está precioso. La pieza estrella no está terminada, pero le falta poco. Mamá ha reciclado un mueble viejo y te está haciendo algo fantástico. Aunque no está terminado ya juegas con él y te encanta. A tu primo Quim, que ya ha visto algunas fotografías, también le encanta, tanto que quiere venirse a jugar contigo. Cuando mamá lo termine merecerá, sin duda, un capítulo a parte en este cuaderno virtual.
Porque ayer acabaste hasta el gorro del coche de papá y mamá y porque para tu cumpleaños te regalamos el CD de Miliki, tu canción de cumplemés 1.2 es este El auto de papá que canta Fofó.
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