sábado, 5 de octubre de 2013

Nana de la cigüeña





     Matías cumple hoy 3 meses. Duerme bastantes horas seguidas durante la noche y le gusta despertarse escuchando flamenco. Reconoce el ritmo y se le escapa una media sonrisa vergonzosa y adormilada, segundos más tarde empieza a patalear y a mover los bracitos al compás de la música. Nathaly dice que tiene pose flamenca el churumbel y, si eso es cierto, vete tú a saber de quién la habrá heredado. A mí me gusta mucho el flamenco pero de gracia y arte, pa qué vamos a engañarnos, voy justito, justito.

     El juguete preferido de Matías es su propia voz, lo que más le gusta es que le cante y no porque yo lo haga bien, Matías disfruta interrumpiéndome y ofreciéndome su propia versión de lo que le canto. Ya le ha cogido el tranquillo y hasta que no cantamos a duo tres o cuatro canciones no hay forma de hacerlo parar. Cuando termina su concierto no puedo más que mirarlo y decirle aquello tan de mi tierra de "es que te tengo que querer".

    Matías tiene una pequeña mancha roja, de nacimiento,  en el cuello, a esa manchita le llaman en Noruega "la marca de la cigüeña". Para ya, estamos esperando en la familia una nueva visita de la cigüeña, estamos todos deseando que aterrice de una vez en Barcelona y que Vera nos enseñe su carita.
Por todo esto y porque a Matías le gusta mucho el flamenco, hoy que cumple tres meses, le regalamos esta nana de Miguel Poveda.


Nana de la cigüeña - Miguel Poveda
                                  

     Cuando, muchos meses más tarde, llegue la edad de las preguntas, no creo que le respondamos a Matías que a los niños los trae la cigüeña, mucho menos aquello de que todos los niños vienen de París - imagínate un mundo lleno de niños parisinos o una Andalucía llena de afrancesados, no, no, ese cuento tampoco se lo vamos a contar-; pero sí que le contaremos el cuento de una cigüeña que un día le salvó la vida a un bebé y desde entonces regresa siempre al mismo campanario para ver desde su nido cómo va creciendo su niño. 

     Feliz tercer mes, querido Matías. 

     

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