lunes, 22 de diciembre de 2014
Plácido
En esta tarde-noche de lunes, que ya huele a Navidad, me apetece ver un clásico navideño patrio que llevo tiempo sin ver: Plácido. Esta película de 1961, dirigida por Luis García Berlanga, se rodó en Manresa, ciudad capital de la comarca del Bages situada a unos 65 kilómetros de Barcelona.
Cuenta, este clásico navideño patrio, las desventuras que sufre Plácido el día de nochebuena a principios de los 60 en una ciudad de provincias española. Plácido (impresionante "Cassen") es un padre de familia que acaba de comprarse un motocarro para trabajar por cuenta propia como transportista. Su primer trabajo consiste en recoger a unas artistas de medio pelo venidas de Madrid para participar en una singular campaña ideada por las clases medias/altas de la ciudad: "Ponga un pobre en su mesa". Esta estrafalaria iniciativa burguesa consiste en que cada familia pudiente invite a cenar a un pobre (elegido por la organización) y puje por sentar a su mesa de nochebuena a una de las artistas llegadas de Madrid. El pobre Plácido, en mitad de todo este "fregao" y acompañado siempre por el Sr Quintanilla (impresionante también José Luis López Vázquez), tendrá que hacer todo lo humanamente posible por pagar a tiempo la primera letra del motocarro.
Sin duda, querido Matías, este clásico navideño es una película imprescindible que espero veamos juntos en los días previos a una futura Navidad no muy lejana. Es probable que todo cuanto descubras en esta película imprescindible te resulte estrepitosamente ridículo, esperpéntico e increíble, aunque quizá también es posible que alguna secuencia o algún personaje te resulte especialmente tierno o entrañable, quizá familiar en algunas cosas que hayas visto en mí o yo te haya contado. Ojalá que en los próximos años el esperpento burocrático, la aparente caridad burguesa, la tiranía bancaria, el diario sinvivir de los autónomos, de los pobres, de la mayoría empiece a sonarnos a película de época, de otra época. Ojalá que la buena gente de una ciudad de provincias conserve lo tierno, lo entrañable y lo familiar en una vida, a ser posible más libre, a ser posible, mejor.
Descubrí que Plácido se había rodado en Manresa estando localizando en la misma ciudad. Después de desayunar con Joan Soler en un típico bar de la Catalunya central un desayuno a base de "pa amb tomaquet, fusta d´embotits y bebent vi a porró", paseamos por la plaza central de la localidad y ahí me comentó que Plácido, se había grabado en Manresa. Hicimos incluso el ejercicio de recordar la secuencia que transcurría en esa misma plaza e intentar identificar los lugares concretos, encuadrarlos e imaginar el motocarró de Plácido aparcado entre los nuevos modelos de furgonetas que poblaban la remodelada plaza en un continuo ir y venir de transportistas entregando mercaderías en los bares y tiendas aledaños. Joan y yo pasamos el día localizando para su primer cortometraje y poniendo, quizá, los cimientos para una exitosa colaboración futura. Regresé a Manresa para grabar el cortometraje policiaco de Joan y poco tiempo después para grabar un spot para el Festival de cine negro que él había creado y dirigía. Joan y yo pasamos un mes en Nepal grabando un documental, lo estrenamos en un cine de Manresa y ganamos un Goya. Después nuestros caminos tomaron diferentes direcciones y no volvimos a trabajar juntos. Hacía tiempo, me había hablado de la idea de hacer un documental sobre el rodaje de Plácido. Finalmente en 2005, mientras yo realizaba el programa Noms para TV3, Joan realizó "La ciutat de Placido" desvelando en 30 minutos algunos de los secretos y muchas de las anécdotas del rodaje de una película imprescindible.
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