viernes, 5 de diciembre de 2014
La saeta
Ayer Matías celebró su cumplemés 1.5 y lo celebró taconeando descalzo por el suelo del salón. Nathaly asegura que nunca ha visto a un bebé bailar de esa manera. La verdad es que mamá no había visto hasta ahora a muchos bebés cordobeses.
Matías está cada día más alto y bonito. Ya mide 80 cm y corre y corre por toda la casa. Una de las cosas que más le entusiasma ahora es abrir cajones y vaciarlos. También le gusta ayudar a vaciar el lavavajillas. Él se encarga de los cubiertos.
Este último mes apenas ha pisado la guardería. Para mí es una suerte y un privilegio poder pasar todo el día con él. Claro que a última hora de la noche el tono con el que dices "Matías", después de que te haya tirado el móvil o el mando de la tele, su vaso de plástico o algún cd al suelo, es un poco distinto al tono de primera hora de la mañana. Porque esa es su nueva manía: tirar cosas al suelo. Por suerte ya no golpea la tele, como hacía hace unos meses.
Poco a poco va ampliando su vocabulario: Nathaly y yo somos mamá y papá o papá y mamá según le de, el coche también es papá, Erik y Kevin son Eeeeik, bal es una pelota, pero al final bal es casi todo lo que quiere que le demos; tak tak es dame algo, lys es luz y mam comida.
Con el tema comida los progresos no son como para tirar cohetes. Pienso que va a ser más de dulce que de salado: le gustan los fusilli con nata y su gran descubrimiento de este mes es el chocolate.
La espectacular foto de abajo esta tomada en la puerta del Corte Inglés de Plaza Catalunya. Este mes hemos pasado una semana en Barcelona. Ha sido fantástico poder estar una semana sin tener que Nathaly tenga que ir a la farmacia o sin tener yo que madrugar para montar. Matías ha disfrutado enormemente esos despertares rodeado de mamá y papá. En próximos capítulos escribiré con más detalle de estas vacaciones en Barcelona. Dejó ahora un pequeño listado de algunas de las cosas que ha hecho Matías: jugar con sus primos Quim y Vera, correr por la plaza de la Catedral, desayunar puntual en el hotel cada mañana (zumo de naranja, pipas, pan y yoghurt), portarse de lujo en un par de restaurantes con estrellas michellin, perseguir gaviotas en Port Vell, conocer a David y Olga, probar la sopa de pollo de su abuela Matilde, hacerse una foto con su padrino junto a la carreta de la Hermandad del Rocío de Barcelona, tomarse un batido en el Shilling, estrenar ropa y zapatillas, hacerse una foto junto a Papa Noël, asombrarse de ver tanta, tanta gente en unas calles que se parecen tan poco a las de Bjørkelangen.
Tengo la costumbre de regalarle a Matías un Cd de música cada vez que estamos de vacaciones. De a poco le voy juntando una discoteca con la música que ha sido importante en mi vida, con música de conciertos a los que vamos juntos o con música que representa el lugar al lugar al que viajamos. Por estar en Barcelona, porque las canciones de Serrat son imprescindibles, porque acaba de sacar esta antología desordenada de 4 cds y porque Nathaly y yo tuvimos la suerte de verle junto a Sabina en el teatro de la Axerquía de Córdoba; este es el nuevo Cd de la pequeña colección de música de Matías.
Y como cada cumplemés, querido Matías, te dedico una canción. Ya sé que estamos en fechas pre navideñas y que tocaría un buen villancico, quizá uno del Coro Yerbabuena, quizá un clásico en la voz de Sinatra o Bing Crosby, quizá uno infantil. Sin embargo, por la semana que hemos disfrutado en Barcelona, porque la canta Serrat, porque son los versos de Machado, porque también es Jesús el protagonista y porque estamos deseando volver a Córdoba en Semana Santa; la canción te tu cumplemés 1.5 es La Saeta.
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