Estos días de fiestas navideñas con mi madre en casa, en Bjørkelangen, estamos abusando un poco del "cine de barrio". Un cine que disfruto por la cantidad de recuerdos que me trae. Buscando evocar uno de estos recuerdos elijo esta película de Julio Iglesias para una tarde tranquila entre la Nochebuena y la Nochevieja.
Antes de empezar a ver la película les cuento a mi madre y a Nathaly el recuerdo perfecto que tengo de una noche, también entre fiestas navideñas, en las calles de Priego. Desconozco el motivo por el que mis padres y mis tíos habían decidido hacer esa noche algo excepcional, algo bastante simple hoy día pero que en mi familia y más en aquellas fechas era algo anormal. Porque lo normal era ir a Priego a ver a los abuelos o a comprar en la plaza, en una mañana de sábado, después de desayunar churros o hojaldres y antes de un dulce en la Flor de Mayo y una tapa de jamón en Juanico "pelusa". Lo que se salía de cualquier rutina conocida hasta ese día de mi infancia era decidir de improviso que nos íbamos a Priego a ver una película en el cine. Estoy seguro de que era la primera vez que iba al cine en Priego, un cine que creo que era el único y que se llamaba Victoria.
Desconozco totalmete, y mi madre tampoco ha sabido aclarármelo, si el motivo de tan extraña y repentina decisión fue el hecho de que estuviese programada una película de Julio Iglesias o si mis padres y mis tíos desconocían lo que íbamos a ver y simplemente decidieron salirse de la rutina navideña de Fuente Tójar y pasar una tarde-noche en Priego. El caso es que recuerdo perfectamente estar completamente emocionado, ponerme guapo a toda prisa, subirme al coche imaginando lo fantástico que iba a ser estar viendo una película en el cine, meter prisa a los adultos para llegar cuanto antes, no fuera a ser que llegásemos con la película empezada; y sentarme a ver una película de Julio Iglesias. También les comenté a mi madre y a Nathaly que recordaba muy bien que película era bastante oscura, y tan terriblemente tostón y aburrida que al salir del cine mi prima y yo hacíamos burla de la película cambiándole la letra al estribillo de la canción que le daba título.
Nathaly no está muy de acuerdo en tener que tragarse una película, que yo mismo acabo de calificar de pésima y aburridísima, simplemente porque a mí me haya dado por evocar el recuerdo de una noche extraordinaria por las calles de Priego en fechas navideñas; y advierte que es posible que se quede dormida con Matías.
Más o menos a mitad de película mi recuerdo se torna imperfecto y borroso. La película no es tan oscura ni tan aburrida como la recordaba. Mi madre dice: "Javier, ésta no es la película que vimos en Priego", y con esta frase confirma mi confusión.
Termina La vida sigue igual y yo corro al ordenador para buscar el título de la dichosa película de Priego. Resulta que Julio Iglesias sólo tiene dos películas: la ya citada, de 1969 y Me olvidé de vivir, del 80. Ahora el recuerdo vuelve a ser perfecto y me veo a mí y a mi prima caminando, micro imaginario en mano, por las calles de Priego cantando, muertos de la risa: "me olvidé de vivir, me olvidé de ir al baño…" y cuatro tonterías más en una tarde noche sencilla y atípica de la que guardo un buen recuerdo, ahora otra vez perfecto.
Nathaly, que hoy al final no se ha dormido, no me asegura no hacerlo cuando en una Navidad futura me de por volver a evocar esta mismo recuerdo, ahora sí con la película correcta.
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