Azul oscuro casi negro

     Tenía la intención, después de volver de las vacaciones en España y pensando en alguno de los típicos fines de semana lluviosos del verano noruego; de dedicar un ciclo casero a Daniel Sánchez Arévalo. Pensaba que Erik ya estaba en la edad de poder ver cualquiera de sus cuatro películas. De a poco fueron pasando los días verano y entre las semanas que Erik y Kevin pasaron con su padre y que este no ha sido el más lluvioso de los verano noruegos, el ciclo casero dedicado a Sánchez Arévalo se fue posponiendo semana a semana. Con lo del maratón de 4 pelis ya casi descartado, aproveché una noche de viernes a finales de agosto para poner Azul oscuro casi negro, el primer largometraje de Sánchez Arévalo.

     Mamá y yo la vimos por separado hace años. Mamá la vio en la televisión noruega. Yo la vi en Canal +, la grabé y la traje a Noruega junto a otro montón de DVDs en uno de los primeros viajes-mudanza. Después la volvimos a ver juntos y volvió a gustarnos. Me es fácil suponer que los dos la debimos ver entre finales de 2007 y mediados de 2008. Han pasado ya unos cuantos años desde entonces. Tantos que cuando la pongo una noche de viernes de finales de agosto, sólo recuerdo que me gustó mucho y que los actores principales son Quim Gutiérrez, Marta Etura y Antonio de la Torre. Erik se presta al experimento de ver una película española de la que yo le hablo muy bien. El experimento resulta fallido y el intento de ciclo casero sobre Sánchez Arévalo abortado.

     Viendo la película empiezo a recordarlo todo y vuelve a gustarme mucho. Antes de la mitad de la película Erik hace el siguiente comentario: "que le pasó a los españoles que ahora hacen películas que parecen noruegas".  Para Erik y para mamá la definición de película noruega se corresponde con una película deprimente, angustiosa, oscura, fría, con sexo, pero un sexo que roce lo desagradable, con personajes raros, con relaciones complicadas entre ellos. Después del comentario de Erik no puedo evitar mirar la película, de la que a estas alturas ya recuerdo casi todo, de otra manera. Y, reconociendo, que tiene partes deprimentes, que a veces es angustiosa, que el propio título ya menciona la palabra oscuro, que en la fotografía predomina una estética fría, que hay escenas de sexo, que algunos de los personajes son algo raros y que las relaciones entre ellos son bastante complicadas; no me parece para nada una película noruega. Quizá no me lo parezca sólo por el hecho de que todavía no es que haya visto muchas películas noruegas.
   

     Termino la película con el buen sabor de boca que deja una buena película y con el regusto amargo de ver que a la persona, Erik, para quien la pusiste esta vez no le ha gustado y se ha pasado más de la mitad de la película jugando contigo, querido Matías. Estas cosas pasan, por esos películas hay más que colores y gustos. Igual no renuncio a volver a ver las otras tres pelis de Sánchez Arévalo: Gordos, Primos y La gran familia española. Igual te reconozco, querido Matías, que prefiero que me digan que esa película, que para mí es imprescindible, para el otro es insoportable, a que, mintiendo piadosamente, me digan que sí, que está bien la pelo, no? Por eso, si algún familiar o amigo íntimo, que lea este capítulo ha visto también Azul oscuro casi negro, por favor, no deje de comentarlo conmigo.

   

     Por pura casualidad, días antes del viernes de finales de agosto en el que vimos Azul oscuro casi negro, mientras tu, querido Matías, empezabas a corretear por el salón, yo vi Babycall, una buena película noruega en la que me sorprende reconocer lugares que, después de seis años viviendo aquí, empiezo a hacer míos. Por pura cercanía con la fecha que da título a la película, pocos días después de haber visto Azul oscuro casi negro un viernes a finales de agosto; mamá y yo vemos, mientras tú duermes, una noche de martes a finales de agosto, Oslo 31 de agosto, otra buena película noruega. Después de estás dos buenas películas noruegas pienso que Azul oscuro casi negro no es una película deprimente, angustiosa, oscura y fría, con personajes extraños y extrañas relaciones entre ellos.

     Ya me dirá algún familiar o amigo íntimo si ha visto alguna de estas dos buenas, aunque deprimentes, angustiosas, oscuras y frías, películas noruegas.