viernes, 16 de mayo de 2014
Fin de liga
Como lo prometido es deuda, madrugo un poco este sábado 17 de mayo, en el que Atleti y Barcelona jugarán a las seis de la tarde una final en el Camp Nou para decidir el campeón de Liga.
El Madrid enterró todas su opciones, que no eran pocas, en los últimos tres partidos. Desde el regreso de Munich, donde vapuleó al Bayern de Pep, no le ha ganado a nadie. Los rivales tampoco estuvieron finos, pero el Madrid o no creyó que fuesen a pinchar tanto y dio la Liga por perdida antes de tiempo o desde el pitido final en Munich sólo es capaz de pensar en final de Lisboa.
Hoy, 17 de mayo, Día Nacional de Noruega, a pesar de que el Madrid no está en la pelea; reconozco que se juega el final de Liga más apasionante que recuerdo. Hoy tengo un trabajo importante en el Opera de Oslo y no sé si llegaremos a casa antes de las 18.00. En caso de llegar a tiempo para ver desde el inicio o para ver desde el minuto que sea, estaría fantástico que MAX TV me diera el partido y así poder disfrutar en la "tele grande" sentado en mi salón de este partido de fin de Liga, de este partido ajeno, de esta tarde de sábado futbolera sin nervios.
Podría haberme ahorrado esta media hora de despertar antes que el resto de la casa y cumplir con lo prometido esta tarde, más o menos a las 20.00, señalando y felicitando al justo campeón. Porque el campeón, si no hay árbitro mediante, siempre lo es con justicia; independientemente del tipo de fútbol que su filosofía o sus jugadores le permitan u obliguen a practicar. Podría haberme ahorrado estos tres párrafos anticipados, decía, pero entiendo que no sería valiente por mi parte no mojarme en estas horas previas a una tranquila tarde de sábado futbolero, de fin de Liga en la que mi Madrid no se juega nada.
Tengo amigos del Barça, más de un lector de este cuaderno virtual lo es, por ellos y por el zas en la boca a muchos estaría bien y tendría su morbo que ganase el Barça. Además con una victoria del Barça los nervios y la moral del Atleti pueden quedar hechos trizas. Y no olvidemos que en sólo una semana la mañana de sábado será muy distinta a la de hoy: levantarse con el Hala Madird, poner la bandera en el porche, ir a comprar con la camiseta puesta, preparar la comida para los invitados que vendrán a ver la final y destrozarme las uñas cuando se vaya acercando la tarde, una tarde de fútbol que ya no será tranquila, ni ajena. Pero dejemos lo de Lisboa, para el 24.
Decía que por mis amigos "culeristas" y por el pinchazo a la moral del Atleti si gana el Barça, pues mira, hoy no me va sentar tan mal; pero, a pesar de lo dicho, honestamente yo hoy voy con el Atleti. Creo que se lo merecen, creo que han hecho mejor temporada, creo que en los últimos partidos, cuando era tan fácil haber sentenciado, simplemente les entró el vértigo de la víctoria; pero se lo merecen. Paso de esa memez de que son el equipo del pueblo, qué chorrada, también paso de eso de que tienen más huevos que nadie, otra tontería; pero es verdad que hoy, esta tarde creo que se lo merecen. Y además, si pienso en el último partido del Barcelona en Elche, creo que Atleti gana hoy. En Elche no estuvo Mesi, como casi en todo el año, (sólo le dio por aparecer un rato en el Bernabéu), no hubo pasión, no hubo garra, no hubo lucha, no hubo rabia y eso que sabían que un postrero gol del Atleti frente al Málaga (que a punto estuvo de llegar y que una mano fantástica de Willy Caballero convirtió en córner) los dejaba sin Liga y los condenaba a un bochornoso pasillo al campeón en la tarde de hoy.
Sea como sea, la final es esta tarde y nada vale todo lo hecho hasta aquí: todo lo bueno se puede convertir en nada y todo lo malo puede quedar olvidado. Noventa apasionantes minutos que espero disfrutar tranquilamente en el salón de casa. Al terminar el partido consignaré el nombre del campeón, felicitaré a mis amigos si fue el Barça y pondré una foto del Atleti. Si gana el Barça no hay foto, por ahí no paso.
Y mañana, hablamos de libros y puede, Dios lo quiera, que también de baloncesto.
Ayer, después de un bonito e intenso día de trabajo en el Opera de Oslo, llegamos a casa poco antes de la media parte en el partido del Atleti y el Barça. MAX nos falló y no dio el partido. Encendí el ordenador y vi que ganaba el Barça y que Diego Costa y Arda Turan se habían retirado lesionados. Pensé, en ese momento que la Liga era blaugrana. Pocos minutos de la segunda parte bastaron para demostrar que mi pensamiento matutino era el correcto: el Atleti se merece esta Liga por toda la temporada que ha hecho y, sobre todo, por la segunda parte del partido de hoy.
Sinceramente: Felicidades colchoneros. Ahí va la foto prometida.
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