sábado, 14 de febrero de 2015

Skøytefestival 2015





     El pasado jueves, como muestra la fotografía de arriba, me dispuse a grabar los trabajos de acondicionamiento de la pista de hielo sobre el lago Setten, y de la gran carpa que se empezaba a instalar a orillas de lago para acoger y servir comida a los cientos de participantes del Skøytefestival 2015.
     El pasado jueves, como muestra la fotografía de abajo, la pista de hielo presentaba un estado magnífico a mis inexpertos ojos en lo relativo a deportes de invierno. Sin embargo, las sonrisas y el entusiasmo con que los hombres de la organización se afanaban en su trabajo, me hacía pensar que mi apreciación sobre el particular era bastante correcta.




     Más allá de la competición deportiva, organizada en diferentes categorías y distancias, el Skøytefestival es una gran fiesta sobre el hielo que reúne a multitud de familias de los alrededores para disfrutar de las diferentes actividades que, con el hielo de protagonista, se organizan. En febrero de 2013, mientras Nathaly trabajaba en la farmacia, Erik, Kevin y yo pasamos la mañana en el festival. Mientras ellos se subían al carrusel, yo grababa un vídeo familiar. 
  




     Como resultado de aquella excursión familiar, conocí a Per Lorentzen, organizador del evento, y fui contratado para realizar un vídeo promocional para hacer del Skøytefestival un evento internacional que atrajese participantes de Alemania, Dinamarca, Holanda… Una semana después del Skøytefestival 2013, me tocó grabar, desde helicóptero y motos de nieve, al puñado de familiares, amigos íntimos y figurantes que Per Lorentzen logró reunir para ese día de rodaje.

     En el link y vídeo que siguen se pueden leer y ver el capítulo dedicado a aquellos días y el vídeo que resultó 


  
                                                

                                                     


          
     La presentación del vídeo se convirtió en un pequeño acontecimiento y recibí efusivas felicitaciones de Per Lorentzen, de su equipo de trabajo y de la Federación Noruega de Patinaje. Después del éxito del Skøytefestival 2013, después de la suspensión del Skøytefestival 2014 (año declarado el más cálido desde 1880) por falta de hielo; las previsiones para este Skøytefestival 2015 eran optimistas: el lago presentaba un aspecto casi óptimo y se esperaba una masiva participación. La foto de abajo ilustra los trabajos de montaje de la gran carpa destinada a acoger y servir comida a los cientos de participantes y asistentes, entre los que se contaba el Presidente de la Federación Noruega de Patinaje, que se esperaban para la mañana del sábado. 




     En la mañana del jueves, después de casi tres horas de grabación, tomé esta última fotografía del lago y concerté con Per Lorentzer una nueva jornada de grabación para la tarde del viernes. Guardé la cámara en el coche y, mientras conducía camino a la guardería para recoger a Matías, pensé que  la imagen de la puesta de Sol sobre el lago, que grabaría al día siguiente, sería cojonuda para cerrar la secuencia previa al "gran día".




     En la tarde del viernes salí de casa con la renuncia obvia al fantástico plano de puesta de Sol. El día amaneció totalmente encapotado y el color del cielo y del hielo mutaron del maravilloso azul del jueves a este gris sucio del viernes. Cuando llegué al lago las máquinas estaban terminando de trabajar sobre la pista. Grabé una pequeña entrevista con el nuevo secretario general de Federación Noruega de Patinaje, en la que habló con entusiasmo de los 25 kilómetros de pista de hielo natural en plena naturaleza y del gran trabajo que habían realizado los voluntarios. Algo fastidiado por no poder hacer mi plano de puesta de Sol, recogí mis cosas y regresé a casa.




     En la tarde del viernes, al llegar a casa, no tengo dudas de que el sábado me espera un duro día de trabajo: mucha gente, muchas carreras, muchas actividades, muchas entrevistas que hacer, muchos trayectos en moto de nieve, un nuevo vuelo en helicóptero, una segunda cámara que utilizar en la salida de la carrera más masiva y una go-pro que acomodar en uno de los participantes. La idea es mejorar el vídeo de promo con nuevas imágenes desde el helicóptero tomadas, esta vez, durante la carrera; y hacer una pieza documental de más duración.
     En la tarde del viernes, al llegar a casa, le cuento a Nathaly que, a mis inexpertos ojos en lo relativo a deportes de invierno, la pista de la tarde del viernes, además del feo color gris sucio, debido a la ausencia de cielo azul; presenta una gran cantidad de charcos en la superficie.


   


    En la noche del viernes, me cuesta mucho coger el sueño. Hago repaso mental de lo ya grabado y organizo el orden de las secuencias en el documental. Con la vista en el techo, redacto mentalmente la escaleta de las secuencias que tengo que grabar mañana y me aseguro de tener claras las preguntas de las diferentes entrevistas: Per, organizadores, participantes, voluntarios, alcalde y Presidente de la Federación Noruega de Patinaje. Estoy completamente desvelado. Pasada la una de la madrugada me doy cuenta de que tengo una mensaje en el móvil. Imagino que será el whatsapp a deshora de algún familiar o amigo íntimo. Error. La alerta que parpadea en mi teléfono es un mensaje de Per en el que intuyo malas noticas. La traducción que Nathaly me hace de dicho es mensaje es la siguiente: Hola Javier, lo siento mucho pero tenemos que suspender el Festival de mañana. Hay demasiada agua en la superficie. 
     La noticia nos deja perplejos y Nathaly busca más información en la web del club mientras escuchamos como el hielo que queda en nuestro tejado se va haciendo agua poco a poco. Definitivamente quedo desvelado. Bajo al salón. No me hago un te por no hacer mucho ruido con el calentador de agua. No enciendo el ordenador por no hacer mucho ruido tecleando. No me hago un café por no hacer mucho ruido con la cafetera. Escribo a mano algunas ideas. Leo un capítulo de Grandes Esperanzas. El sueño no llega. Imagino que, tras dos años de suspensión el Skøytefestival está herido de muerte. Decido arrimar el sofá a la televisión. Lo arrimo hasta poder conectar los auriculares de trabajo y así poder ver una película sin hacer ruido. Veo El amanecer del Planeta de los Simios. Son cerca de las 5 de la mañana. Me duermo a ratos. La película no me gusta. Por fin llega el sueño pero no subo al dormitorio para no despertar a Nathaly y Matías. Pocos minutos después de las 8 de la mañana me despierta el ruido que procede de la planta de arriba. Subo. Nathaly y Matías ya están despiertos. Nathaly llama a Per. Per dice que vayamos igualmente, que intentarán hacer alguna actividad para los niños, que habrá café, salchichas y wafles en la gran carpa y que por supuesto que no se rinden, que desde ya empieza a pensar en organizar un Skøytefestival todavía más grande para el invierno de 2016, que hay que grabar lo que ha pasado hoy como un nuevo capítulo de un documental más grande que, siguiendo el guión que yo le había propuesto cuando se suspendió el Skøytefestival del 2014, será todavía mejor cuando en 2016 cese la mala suerte.
   


      En la mañana del sábado, 14 de febrero de 2015, la pista de hielo presenta el mismo color feo que presentaba el cielo de ese mañana y muchos más charcos que la tarde interior. A mis inexpertos ojos en lo relativo a deportes de invierno, la pista no reúne las condiciones adecuadas.





     En la mañana del sábado, 14 de febrero de 2015, el gesto y las manos de Per reflejan la actitud de su equipo ante la fatalidad: lo que no se puede, no se puede y además es imposible; lo cual no implica que no se pueda o no sea posible el año próximo.







     En la mañana de sábado, 14 de febrero de 2015, facebook cumple con su parte de trabajo. Los mensajes que desde la suspensión, la noche anterior, del Skøytefestival se han ido colgando hacen desistir a los patinadores profesionales, a los participantes amateurs y a las autoridades invitadas de la idea de acudir al lago. De otro lado, los mensajes colgados esa misma mañana animan a las familias del entorno a llevar a sus hijos para participar en los juegos y en la única carrera infantil de corta distancia a la que sí se dará la salida, a tomar café y salchichas y wafles.






     Matías, Kevin, Nathaly y yo pasamos unas horas en el lago. Grabo, paseamos, hablo Per y Ole Johannes. Antes de irnos una voluntaria nos hace esta fotografía. Intentamos ponerle al mal tiempo la mejor de las sonrisas.




     En el invierno de 2016 tenemos un "MÅL" pendiente. Esta palabra noruega sed traduce como "objetivo / meta" y sirve tanto para cantar goles como para señalar la línea de llegada de una carrera. El documental sobre el Skøytefestival se ha convertido en una carrera de fondo. La meta es llegar a terminarlo. En 2016 Per volverá a intentar organizar un festival de patinaje en el lago,  y yo intentaré hacer un documental sobre ese proceso y sobre los evidentes síntomas de cambio climático, sobre cómo  éstos afectan a una pequeña comunidad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario