Ayer, querido Matías, empezó el nuevo Bollywood Festival y hoy es tu cumplemes. Ayer antes de salir de casa elegí para ti una canción de Anoushka Shankar (durante un tiempo, cuando Kevin tenía 5 años, uno de sus temas fue su favorito) sin embargo, en el coche cambié de idea. Nunca viajo solo. Aún cuando nadie me acompaña pienso que tu abuelo Joaquín viene sentado a mi lado, en la visera que hay sobre la luna delantera llevo siempre a María Auxiladora, la Virgen del Rocío y el Rescatado; don Bosco siempre está presente y en esos viajes en los que "nadie" me acompaña siempre suena algún disco de Ismael Serrano.
Pocos kilómetros antes de llegar a Fetsund suena este Ya ves que da título al capítulo de tu cumplemés 2.2.
Ya ves, a veces me canso de ser hombre y también
me agota escuchar que todo va bien,
y ver tristes hombres mirando al sur,
y no existir si no me miras tú.
Ya ves, a veces me canso de perderte y saber
que estamos solos y no va a volver
Guevara para darme la razón
de no verte tendida en mi colchón.
Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si hoy se cae la habana,
¿el día de mañana
quién será nuestro dueño?
Así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aún sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
Así yo canto para recordar
que aún seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.
Ya ves, a veces me canso de ser libre, de ser
libre para venderme y caer
muerto donde mi libertad prefiera,
siempre al otro lado de tu frontera.
Ya ves, a veces me canso de mí y de no tener
valor para buscarte y cometer
todo delito que este amor exija.
"Quieta ahí, tus labios o la vida".
Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si arde Lacandona
si Marcos abandona,
¿quién será nuestro dueño?
Así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aún sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
Así yo canto para recordar
que aún seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.
me agota escuchar que todo va bien,
y ver tristes hombres mirando al sur,
y no existir si no me miras tú.
Ya ves, a veces me canso de perderte y saber
que estamos solos y no va a volver
Guevara para darme la razón
de no verte tendida en mi colchón.
Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si hoy se cae la habana,
¿el día de mañana
quién será nuestro dueño?
Así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aún sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
Así yo canto para recordar
que aún seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.
Ya ves, a veces me canso de ser libre, de ser
libre para venderme y caer
muerto donde mi libertad prefiera,
siempre al otro lado de tu frontera.
Ya ves, a veces me canso de mí y de no tener
valor para buscarte y cometer
todo delito que este amor exija.
"Quieta ahí, tus labios o la vida".
Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si arde Lacandona
si Marcos abandona,
¿quién será nuestro dueño?
Así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aún sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
Así yo canto para recordar
que aún seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.
Hace pocos días la foto de un niño sin nombre, un angelito quizá un poco mayor que tú sacudió a toda Europa y revolvió las entrañas de la gente. La foto es insoportable, obscena, repugnante porque es toda su cruda realidad muestra como son siempre los más inocentes los que pagan el precio de la ambición y la maldad de los que se sienten más poderosos que los demás. Esa maldita realidad que la fotografía retrata fielmente no deja de pasar una y otra vez por mi cabeza. Pocos kilómetros antes de llegar a Fetsund, Ismael Serrano canta Ya ves y yo rompo a llorar.
Termino de grabar la gran gala de inauguración del Bollywood Festival que este año contó con la presencia de la Primera Ministra noruega y, al regresar a casa, te encuentro a ti dormido y a mamá llorando en el sofá porque no puede sacarse de la cabeza esa terrible fotografía.
He dudado mucho si incluir o no en esta capítulo la fotografía de ese pequeño inocente que yace ahogado, mirando el mar, en una playa griega. Encuentro un dibujo de Murat Sayin que hace más soportable la visión de ese cuerpecito doblado que mira al mar. Ojalá que para ese niño, y para tantos otros que murieron, mueren y seguirán muriendo huyendo de una guerra de intereses y oscuras luchas de poder, todo fuera un sueño y despertase feliz en una playa griega en la que el Sol calienta pero no quema, en la que la arena es mullida y blandita, en la que agua tiene la temperatura perfecta, en la que puede hacer pie durante kilómetros para jugar con los barquitos de papel que otros niños, venidos de mil tierras, le ofrecen. Y ojalá, que el día parezca casi eterno, sólo casi, y que cuando el Sol empiece a desaparecer tras el mar, nuestro niño, todos los niños, al dejar de jugar reencuentren las miradas sonrientes y orgullosas de sus padres.
Todavía, querido Matías, tardarás un tiempo en empezar a leer los capítulos de este cuaderno virtual. Tendremos tiempo entonces para hablar de que el "min" que acabas de aprender en la guardería y con el que defiendes lo tuyo frente a los demás es sólo relativamente importante‚ que, en realidad lo que importa es saber que nosotros somos Todos y que las cuestiones de pensamiento, religión, ideología, geografía, cultura… son solo detalles; que "… si no ves más allá de tu horizonte estaremos perdidos".
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