viernes, 25 de septiembre de 2015

Nader y Simin, una separación


     En esta edición de 2015, el Bollywood Fest dedicó una noche al cine iraní. El festival presentó la película: What men don´t know about women; y contó con la presencia de su director y del actor y la actriz protagonistas. Después de la proyección de la película se celebró una cena con platos típicos de la gastronomía iraní.
     Este fue uno de los muchos actos que este año grabé para el Festival. Al caer en sábado, Nathaly y Matías pudieron acompañarme. La idea era grabar sólo al final de la película. Sin embargo, Nasrullah me envió un mensaje para decirme que le gustaría que grabase también un poco antes, cuando llegase al cine el equipo de la película. Así pues, me presenté en el cine casi una hora antes del inicio de la proyección y fui grabando la llegada de un publico en su mayoría de procedencia iraní. Casi ninguna de las mujeres que acudió al estreno llevaba pañuelo. Los protagonistas llegaron pocos minutos antes del inicio: el director, muy sonriente; el actor, con cara de confundido, la actriz elegante y con pañuelo.
     Podría haberme quedado a ver la película. Aunque no hubiese comprendido una sola palabra de farsi, no habría tenido ningún problema en comprender el argumento. Nathaly me había traducido la sinopsis escrita en la revista oficial del Festival. Resulta que en Irán un hombre, además de su esposa oficial, puedo tener durante un año una esposa provisional. En este caso, pasado el año, ella decide no renovar el contrato y dejar al hombre a cargo del hijo que acaba de tener. La trama era tentadora, pero sin ninguna duda, decidí pasar de la película y salir a encontrarme con Nathaly y Matías para dar una vuelta por Lørenskog.
      Dos horas más tarde, regresé al cine para grabar los comentarios de los protagonistas y la cena de gala.




     Hoy he terminado de montar el vídeo resumen del evento y tengo ganas de volver a ver una película iraní. Lo más ortodoxo habría sido, quizá, elegir algún clásico de Abbas Kiarostami, pero imaginé la cara que pondría Nathaly a los cinco minutos de película y desistí. Hace algunos años vimos juntos: A propósito de Elly, de Asghar Fahardi. Nos gustó. Un poco más tarde yo vi: Nader y Simin, una separación, también del mismo director. Me gustó todavía más. Como Nathaly no la había visto, le propuse verla esta noche.

     Nader y Simin son un matrimonio iraní. Viven en Teheran y tienen una hija. Nader tiene un padre enfermo de alzheimer. Simin quiere salir del país, tiene la oportunidad de mejorar laboralmente y desea un futuro diferente para su hija. Nader se siente en la obligación de cuidar a su padre enferme y se niega a acompañar a Simin. Con la secuencia de la petición de divorcio da comienzo la historia. La hija, menor de edad, tiene ante sí la difícil decisión de elegir entre abandonar Irán con su madre o quedarse con su padre. Nader contrata a una mujer para cuidar a su padre y a partir de aquí no puedo leer más para no destripar toda la historia a los familiares y amigos íntimos que lean este capítulo y tengan interés en ver esta magnífica película, con final de obra maestra.



     La primera vez que la vi, me sorprendió encontrar en las localizaciones, en las acciones, en los gestos y en los rostros una familiaridad difícil de explicar. Me di cuenta de que muchas de las cosas que veía en la película tenían el poder de evocar mi propia infancia. Mi abuelo Agustín y mi abuela Expectación vivieron con nosotros toda la vida. En mi infancia los coches eran pequeños y los pisos grandes y en la vida había cosas más importantes que el dinero. Si obviamos algunas consideraciones religiosas el Irán actual que descubro en esta película no es tan diferente de la Córdoba que habité en mi infancia, ni siquiera de la Córdoba que reencuentro en cada regreso. Termino de ver la película y saco de la estantería el cómic "Persépolis" de Marjane Satrapi.


                           


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